¿Estás buscando cómo conseguir cambios en tu vida? ¡Estás en el lugar correcto! En este artículo, te mostraremos las mejores técnicas para cambiar. ¿Quieres aprender cómo cambiar tu vida para mejor? De compartiremos las aspectos fundamentales de cómo se realiza un cambio sobre la perspectiva del coaching para saber cómo ser más feliz.

¿Has intentado cambiar algo en tu vida, pero no parece funcionar? No te sientas solo. A gente le cuesta cambiar. De hecho, según algunos estudios, el 90% de las personas no son capaces de cambiar sus hábitos. Pero no te preocupes. Aunque cambiar puede ser difícil, no es imposible.

¿Qué significa cambiar? Seguro has pensado alguna vez necesito un cambio en mi vida y has buscado las típicas frases de cambio. Todos podemos cambiar, aunque no es menos cierto que hay gente que no sabe cómo cambiar. ¿Cómo cambiar tu personalidad? ¿Cómo cambiar mi forma de pensar y actuar? Que las personas cambien no es sencillo, pero aquí te dejo las claves que te ayudarán a entender mejor cómo cambiar y hacer cambios en la vida.

Cómo hacer un cambio en mi vida

Los componentes principales, que se deben incluir para que gestiones todo cambio de forma efectiva, son un buen objetivo, una clara descripción, opciones para el cambio, una fecha de compromiso, un premio y quizás algún tipo de recordatorio. Los cambios en una persona deben ser algo normal, es decir, los cambios es la vida deben ser normales, ¡no andes asustado! ¿Eres de los presume mucho y dice siempre que quiere cambiar? ¿O eres de los realmente te propones un cambio de vida?

Los cambios a realizar pueden ser cosas generales cómo cambiar la vida, o cosas más concretas como cambiar algo de nuestra forma de ser, ¡pero no esperes que sean los demás los que decidan cuándo cambias! Los ingredientes con los que debes contar a la hora de realizar un cambio son los siguientes.

Componentes del cambio.

  • Descripción de un cambio: Es una frase que detalle el cambio y que deberá resultar lo más concreta, objetiva y medible.
  • Objetivo del cambio: Es la meta deseada. Posteriormente trabajarás otra herramienta, el Gestor de Metas, que servirá para definirla mejor.
  • Escenarios u opciones del cambio: Normalmente son varias las posibilidades que se pueden aplicar, así que indica las distintas maneras o caminos para conseguir el objetivo. Será necesario que comprendas en cada opción todos los obstáculos y ayudas que puedan aparecer.
    Más adelante, trabajarás con un generador de perspectivas del cambio, que te servirá para analizar en detalle las distintas acciones o tareas a incluir en cada escenario.
  • Fecha para terminar el cambio: Es el momento en el que te comprometes a tener el cambio finalizado o concluido. La fecha debe ser lo más realista posible, pues va a marcar nuestro grado de compromiso.
  • Premio a recibir por el cambio: De forma opcional es posible incluir una recompensa que se materializa al conseguir el cambio. ¿Un premio por cambiar? Algunas veces pienso que nadie puede cambiar a una persona pero alguien puede ser la razón para que una persona cambie.
  • Recordatorios: aquellas cosas con las que tendrás presente el objetivo y las distintas tareas marcadas. Por ejemplo, una hoja de papel adhesiva o un recordatorio en el teléfono móvil o agenda.

Ejemplo de cómo hacer un cambio

¿Cómo cambiar interiormente? Nada mejor para entender esta herramienta que un ejemplo de algunas sesiones de coaching, del segundo libro "Autocoaching para despertar".

Supongamos que una persona quiere subir de un seis a un siete su quesito de la salud, y se compromete a mejorar su forma física bajando de 80 a 75 kilos (objetivo concreto y medible), para en cinco meses (fecha determinada) preguntarte si llegas al estado físico de salud deseado (quizás apoyarte en tu coach de salud).

Para ello se plantea las siguientes opciones:

  • Asistir a un gimnasio cercano a casa al menos dos veces por semana.
  • Acudir a un dietista e intentar mejorar la alimentación (vamos, dejar de comer comida basura o porquería).
  • Rebajar la última comida del día, cenando algo ligero.

Se pesará cada semana, y lo apuntará en un post-it (recordatorio). Cuando consiga su objetivo, se regalará un buen libro (premio). En este caso, podrán ser varias las opciones a seleccionar, pero habitualmente serán exclusivas y será necesario meditar el coste de oportunidad. Para el ejemplo anterior, supón que se selecciona la primera opción, y ahora se enumera el conjunto de acciones que lleven al éxito. Estas serían algunas de las alternativas posibles:

  • Sin contemplar ningún tipo de excusa, salir el martes pronto de la oficina para ir al gimnasio.
  • Reservarme la mañana del domingo para ir a primera hora, y luego disfrutar la vida con un poco de sauna.
  • Hacer un seguimiento del peso cada semana, y comprobar que disminuye de forma progresiva.

Utilizará la agenda personal para apuntar las fechas en las que asistirá al gimnasio (otro recordatorio).

¿Cómo encontrar las mejores perspectivas de un cambio?

Cuando desarrollas cualquier cambio, son varias las posibilidades que se te plantean para conseguirlo. Debes ampliar nuevas perspectivas sin limitación alguna, dejando volar tu imaginación, por imposibles que puedan resultar éstas al formularlas. Con la lista en la mano, es el momento de que medites qué ventajas y desventajas tiene cada opción, ¿cuáles son los pros y los contras? ¿Qué consecuencias, buenas y malas, tendrá que ejecutar cada una de las posibilidades de la lista? Siempre se gana y se pierde algo, por más que te niegues a verlo.

Ejemplo de perspectivas para un cambio

Incluimos ahora un sencillo ejemplo de cómo generar distintos escenarios para un cambio deseado, que sería practicar unas horas más de ocio a la semana, para ser concretos, supongamos tres. Muchas veces improvisas lo primero que te viene a la cabeza, pero ¿realmente es la mejor opción? Es probable que, si meditas durante unos minutos usando técnicas como el Pilates, te ayude a escoger mejor entre todas las posibilidades. Como hemos mencionado anteriormente, debes enumerar los pros y contras de cada escenario, y poner tantas cosas como se te ocurran.

Practicar tres horas más de ocio a la semana

Escenario 1: Salir con los amigos

Pros (+)
Se hacen nuevos amigos, se potencian los actuales, y se pueden valorar a las personas mejor.
Nuevas experiencias. Porque claro, una persona puede cambiar su forma de ser.

Contras (-)
Habitualmente se suele gastar dinero.

Escenario 2: Ver la televisión

Pros (+)
Puedes ver cosas interesantes (aunque parezca un juicio de valor)
Muy barato.

Contras (-)
Atonta y fomenta el sedentarismo, que no te cambien.

Escenario 3: Ir al gimnasio

Pros (+)
Mejora nuestra forma física (mejor salud) y mental. El hacer ejercicio solo una vez a la semana puede ayudar a estar en forma físicamente.
Se pueden hacer nuevas amistades.

Contras (-)
Requiere constancia porque estoy cambiando. No es fácil el cambio de vida.

Escenario 4: No hacer nada

Pros (+)
No hay que pensar, ¡nada cambia! ¡hasta las páginas del libro se vuelven de color amarillo!
Es gratis.

Contras (-)
No se consigue el objetivo (se comprueba en las personas que nunca cambian).
Aumenta la desesperación.

En todos los escenarios debe aparecer algún punto a favor y en contra. Muchas veces no es sencillo dar con alguno, pero es importante recordar que nada se consigue sin esfuerzo, ya que inconscientemente se tiende a no ver problemas en la opción favorita. Cuando se consigue analizar cada escenario, durante un tiempo, se acaban ampliando todos puntos negativos y positivos. Es más fácil ver todos los pros y contras cuando no se está involucrado en el problema, por lo que este es un buen momento para preguntar a un amigo, familiar, o al propio coach.

Ten en cuenta que este es sólo un ejemplo simplificado para comprender la herramienta. Cada vez que realices un cambio, y sigas estos pasos, será bueno que enumeres tantas opciones como puedas, y que habitualmente incluyas la de no hacer nada.

 

Cosas que debe cambiar una persona

Una vez finalizado el cuadro de opciones, es el momento de elegir. Si la relación de pros y contras te generan dudas, te costará más elegir el escenario que te permitirá conseguir tu objetivo final. Te guste o no, casi siempre habrá un coste de oportunidad, con las alternativas abandonadas.

Cómo definir la meta de un cambio

Todos podemos cambiar, y establecer los objetivos correctamente es crítico para alcanzar el resultado. Es importante que tengas en cuenta las cualidades de una buena meta. Si una meta no es realista, no existe ninguna esperanza, pero si no es desafiante, no hay motivación. La palabra inglesa smart (inteligente) es un buen truco mnemotécnico para recordar las características esenciales de todo objetivo: específicos (Specific), medibles (Measurable), alcanzables (Achievable), realistas (Realistic) y limitados en el tiempo (Time phased). Ahora puedes hacerte las siguientes preguntas:

  • Específicos: ¿sé al detalle lo que deseo lograr? Nada de ambigüedades, Intenta usar palabras más sencillas. Los objetivos serán adecuados y claros si otra persona competente puede alcanzar el mismo objetivo.
  • Medibles: ¿soy capaz de evaluar mi progreso? Recuerda que no podrás conseguir lo que no puedas medir. Debes ser capaz de medir el cumplimiento de tu objetivo, ya sea con un potente ordenador o con un gráfico lleno de chinchetas colgado en la pared.
  • Alcanzables: ¿puedo conseguir el objetivo en mi actual situación? Es recomendable que sea todo un reto (quizás te haga falta evaluarlo en una sesión de coaching empresarial), pero tienes que poder conseguirlo con los medios que tienes a tu alcance.
  • Realistas: ¿es el objetivo relevante frente a mi propósito en la vida? No hay que despegar nunca los pies del suelo. Sin duda hay muchas cosas que se pueden hacer, pero es más importante saber si se deben hacer. Recuerda proponerte cosas alcanzables.
  • Limitados en el tiempo: ¿qué plazo tengo para completar esta meta? Hay que elaborar una línea del tiempo donde vayan marcadas las etapas para llegar al objetivo.

Las metas deben ser enunciadas de un modo positivo, ya que, de otra forma, centras la atención en lo negativo. Por ejemplo, en vez de decir: "no debo suspender el examen", es más efectivo que afirmar: "quiero aprobar el examen". Es esencial tener en cuenta que sueles conseguir aquello en lo que te concentras. Por ejemplo, si enfocas tu atención en el miedo al fracaso, eso mismo es lo que conseguirás. Algunas veces la vida no es como uno quiere, y por eso hay que centrarse en "lo que quieres" y no en "lo que no quieres". Una forma muy efectiva de cambiar el foco de atención es variando el tipo de preguntas que habitualmente te haces. Para establecer metas expresadas en positivo, pregúntate, ¿qué es lo que quiero? ¿Qué quiero en lugar de lo que tengo? ¿Qué preferiría tener? Los gustos de una persona son de lo más variado.

Los objetivos tangibles como, por ejemplo, quiero un nuevo trabajo o deseo un coche nuevo, etc., son fáciles de especificar. Sin embargo, cuando los objetivos son abstractos o intangibles, como, por ejemplo, quiero mejorar mis relaciones, o quiero ganar más dinero, no resultan tan evidentes. Por tanto, asegúrate de que tu objetivo sea lo más específico posible. Por ejemplo, si tu meta consiste en cómo demostrar seguridad en ti mismo, significa que puedes hablar en público durante diez minutos sin que te entren sudores fríos y pases la noche anterior sin poder dormir de los nervios. Utiliza preguntas como: ¿qué es exactamente lo que quiero? ¿Puedo describirlo con mayor precisión? ¿Qué veré, oiré y sentiré exactamente cuándo lo alcance? ¿Cuánto tiempo necesito para alcanzarlo? ¿Cuándo quiero alcanzarlo?

Cómo gestionar las metas de un cambio

¿Cómo llegar a la meta? ¿Cómo alcanzar una meta? Las metas no llevan a ningún lugar sin un plan de acción, porque son éstas las que nos indican los pasos necesarios para alcanzar nuestros objetivos. La esencia de un buen plan de acción es comenzar a partir de una meta a largo plazo. Se empieza estableciendo el resultado que se quiere alcanzar, y luego se van desglosando objetivos intermedios que debemos realizar para llegar a esa meta. Por ejemplo, si tu objetivo es incrementar las ventas en un 20% a finales de año, una forma de crear un plan de acción eficiente sería analizar cuántos nuevos clientes debes captar cada trimestre, cada mes y cada semana para lograr ese objetivo. La idea es desglosar el objetivo final en objetivos intermedios o hitos a lo largo del tiempo.

Ten en cuenta que en todo plan de acción deberán aparecer las fechas de cada acción a emprender, así como los indicadores de seguimiento para medir su cumplimiento. Todo empieza con un primer paso. Paso a paso se crea un camino y día a día se crea una vida. No puedes tardar en empezar.

También es buena opción que pienses en cada objetivo intermedio, que evalúes los distintos riesgos a los que te enfrentas. No siempre sale todo bien, y cuantas más posibilidades hayas meditado de antemano, más preparado estarás para gestionarlas correctamente. En la consecución de las metas, el mayor motivo de estrés viene cuando se afronta la incertidumbre de algo, que no habías previsto inicialmente.

Si en algún paso observamos que existe un riesgo alto que te pueda impedir acabar en el tiempo deseado, puedes prever planes de contingencia para paliarlos, o incluso preparar una contraoferta, para conseguir algo parejo pero que quizá no era el objetivo inicial. El caso es saber siempre gestionar todo con la mayor destreza y sin caer en la desesperación (e intenta ser una persona que cumpla las reglas).

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